En verano del 2009 estaba en la fase final de mi carrera universitaria, y después de 6 años de relación con Jesús había llegado el momento de abandonar a mis queridos papis y hermanos y crear mi propio hogar a 200km de ellos, en Sevilla.
Volvería 2 días a la semana para ir a las clases de la asignatura que me quedaba, y comencé a buscar trabajo... En poco tiempo estaba formando parte de un equipo de trabajo de una multinacional, con unas prácticas que me quitaba sólo las mañanas y me daba experiencia y algo de dinero.
Pasadas las calores, algo se cocía en Sevilla. Carteles que anunciaban un evento deportivo de no muchos seguidores... Triatlón? Natación, ciclismo y carrera? El 26 de septiembre... habrá que ir a verlo! Lo que no me podía imaginar es que ese día cambiaría mi vida.
Movidos por la curiosidad (al menos yo era totalmente ignorante de ese deporte) nos plantamos en primera fila para ver las transiciones... Cuando ví aparecer a los primeros triatletas que salían del agua y cogían sus bicis... ¿Qué me está pasando? ¿Por qué me emociono y no puedo ni hablar? "Jesús, el año que viene la corres tú", es lo único que pude decir.
Esas caras de sufrimiento, esa energía que proyectaban, esa felicidad al cruzar la línea de meta... Todas esas imágenes y sentimientos impactaron en mi conciencia e hicieron despertar en mi una idea que pronto se convirtió en obsesión por ser como ellos... Ese fue el Día de mi Iluminación!
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